viernes, 26 de agosto de 2011

Después de la JMJ2011



Ya terminó la tan esperada y ansiada Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. Para muchos han sido años de trabajo, ilusión, tesón, constancia… encaminados a un objetivo central que no ha sido otro que el dar testimonio de nuestra fe. De decirle al mundo que hay otra estilo de vida basado en el amor y el servicio al prójimo y que lo mejor de todo es que “funciona”.
Yo he tenido la fortuna de vivir esta Jornada de la Juventud con mi familia y realmente ha sido unos días impresionantes. Mención especial tiene el momento tan crucial de la lluviosa vigilia en el que el Santísimo hizo aparición y como todo el júbilo y gozo quedó inmerso en un inmenso silencio que todavía al recordarlo pone los pelos de punta. Fue increible como en ese momento dejo de llover y como se hizo el silencio respetuoso en una multitud de un millón y medio de personas.
También hemos tenido dias previos a la JMJ en los que también nos hemos enriquecidos con otra experiencia muy recomendada que no es otra que la de los Días en la Diócesis, formando parte de una de las familias de acogida de los peregrinos. Días en los que acoges en tu casa a personas que no conoces de nada y que compartes con ellos todo lo que tienes, además de realizar un intercambio espiritual. Es un ejercicio de hospitalidad inmenso que te hace darte cuenta de lo cómodo que vives y de como no nos sacrificamos en absoluto todo lo que nosotros pensábamos y que creíamos que hacíamos bien. Dias en los que te das cuenta que el servir a los demás es (al principio) un sacrificio pero que evidentemente tiene su recompensa y que no es otra que la caridad. Poco a poco vas saliendo de tu entorno egoísta para ir llenándote de esa necesidad de atender y preocuparte con mayor tesón del otro.
Realmente ha sido una Jornada muy próspera a corto plazo y seguramente muy fructífera a medio y largo plazo. A corto plazo además de las consecuencias personales sacadas por cada uno de los peregrinos, tenemos la propuesta de S.S. Benedicto XVI de trabajar en comunión en las parroquias, en los grupos de fe, en las asociaciones. Además de esto añado tres frases mas textualmente de S.S. Benedicto XVI:“No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás”. “No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe”. “El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios”.
A medio y largo plazo todos deseamos que vayan surgiendo nuevas vocaciones ya que es mucha la mies y poco los obreros y cito las palabras de S.S. Benedicto XVI: Os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga”.

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