sábado, 11 de febrero de 2012

VI Domingo del tiempo ordinario


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 40-45
En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo:
Quiero: queda limpio
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él le despidió encargándole severamente:
No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aún así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.

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